Me parecía increíble estar sentada escuchando las historias de los chicos que volvieron, de los que fueron encontrados por un lector o un televidente, o por aquella maestra que al ver la cuenta de su celular lo reconoció como alumno.
Y ellas están ahí almorzando pero siguen de guardia con el 0800 333 5500 siempre transferido a alguna voluntaria para poder orientar, guiar, compartir la alegría de un regreso o simplemente contener.

Nunca atendí el teléfono de Missing Children. No sé si podría… sin embargo, ellas lo hacen, se turnan, se cubren; cuando una no puede atender su horario, 5 más se ofrecen a reemplazarla.

Un compromiso ineludible. Mi abuelo diría: “me saco la galera ante tanta humanidad”.

Nacieron como grupo de voluntarias a fines del año 1999, y hoy siguen. Celebran haber intervenido en más de 4000 casos de chicos perdidos que ya están en sus casas, y siguen angustiadas cada uno de los 193 casos de chicos que aún están perdidos.

Y no es una reunión de fin de año como cualquier otra. La charla ineludible tiene que ver con los chicos, con su trabajo voluntario: un teléfono que pagan ellas, una sede que es prestada, dos computadoras donadas, y sin embargo, lo que más les preocupa, es seguir encontrando lugares para difundir las fotos de los chicos.

Creo que es de esos ejemplos de organizaciones que no desvían el rumbo cuando crecen, siguen con su misión intacta y no hay mucho debate, a pesar de ser una veintena de mujeres. No hay nada que discutir: hay que buscarlos.

Diario La Nación http://blogs.lanacion.com.ar/vaso-medio-lleno/heroes-anonimos/un-compromiso-ineludible/